Treballs Finals del Màster de Formació de Professor d'Espanyol com a Llengua Estrangera, Facultat d'Educació, Universitat de Barcelona, Curs: 2000-2001, Tutora: Carmen Silva-Corvalá
Se dice que los Estados Unidos son una versión reducida de nuestro mundo. En este
sentido podríamos decir además que el español hablado en este país es un reflejo del
mundo hispanohablante, porque incluye muchas de las diferentes variedades del español
existentes e incluso otras sólo aquí presentes. Beardsley (1982:15-16) afirma al respecto
que prácticamente todos los dialectos principales del español pueden ser estudiados en su
uso real en EE.UU. y señala que no hay ningún estado, incluidos Alaska y Hawaii, que no
tengan, al menos, una pequeña colonia de hispanohablantes.
Existe tanta diversidad en el hablante como en el uso del español en EE.UU. La
variedad de español que se habla, ya sea estándar, popular, rural o urbana, depende del
lugar de nacimiento, el origen étnico, el lugar de residencia y otros factores
extralingüísticos que afectan al hablante. Estos diferentes tipos de español de EE.UU.,
bien sea mexicano, cubano o puertorriqueño, dan lugar a variaciones lingüísticas en
aspectos como la pronunciación, el vocabulario y el tiempo verbal. Además, el hablante
puede utilizar un estilo formal o informal, una jerga coloquial o la mezcla de inglés y
español, dependiendo de donde tenga lugar la conversación, se a quien de dirige y de las
motivaciones que pueda tener. El español de EE.UU. puede ser cualquiera de las muchas variantes posibles, con sus diferencias regionales y estilísticas que hacen en él una lengua vibrante y singular...